La EDAR de Lugo tiene capacidad para depurar el agua de una población urbana de 120.000 habitantes y una población industrial de 80.000 habitantes equivalentes la cual, después de una serie de tratamientos y procesos, es devuelta al cauce receptor con todas las garantías de no alterar el ecosistema y colaborando a la mejora de las condiciones de vida en el medio acuático del río Miño.
El valioso enclave natural en el que está situada la nueva depuradora de Lugo ha obligado a elaborar u riguroso plan de protección ambiental, que elimine cualquier posible afección negativa que pudiera generar la construcción de estas instalaciones sobre el entorno privilegiado en el que se encuentran al tiempo que preserve su integración paisajística dentro del mismo.
Por esta línea discurren los residuos sólidos que se van generando en cada uno de los procesos de depuración con el objetivo de conseguir un producto final., lo más deshidratado posible, que facilite su valorización y reutilización en múltiples campos: fertilizantes, combustibles…
La protección del medio ambiente ocupa un lugar destacado en todos los ámbitos de la construcción de la nueva planta tanto en su fase de diseño como en su fase de ejecución lo que ha motivado que en la Declaración de Impacto Ambiental de las obras se hayan recogido las siguientes medidas: